Desde 2020, Starlink ha lanzado más satélites a la órbita baja terrestre (LEO), una altitud de menos de 2,000 km, que todos sus competidores juntos. Los satélites que operan a altitudes tan bajas que transmiten datos de manera extremadamente eficiente, lo que proporciona Internet de alta velocidad a comunidades remotas, buques de navegación y ejércitos en guerra.
En Chile ya cuenta con más de 70 mil clientes activos, uno de los países con mayor penetración en la región, y con tres modelos de plato disponibles, pero pese al auge de cobertura en zonas rurales, la firma de Musk ya no está sola y no es por los anuncios de Amazon, que para ello, falta mucho.
En el intertanto, SpaceSail, con sede en Shanghai, firmó en noviembre pasado un acuerdo para ingresar a Brasil y anunció que estaba en conversaciones con más de 30 países y en enero de este año, comenzó a trabajar en Kazajstán, según la embajada de ese país en Pekín.
Brasil, además de contar con la autorización para que opere el satélite de comunicaciónes de internet chino, está en conversaciones con el servicio de internet Project Kuiper de Amazon y Telesat de Canadá.
China lanzó un récord de 263 satélites de órbita baja (LEO, por sus siglas en inglés) el año pasado, pero aún está muy lejos de los más de 8 mil satélites que tiene operativos Starlink.
El servicio de SpaceSail está programado para iniciar operaciones en 2026, enfocándose en proporcionar conectividad en áreas rurales y remotas donde la infraestructura de fibra óptica es limitada o inexistente y planea expandir su constelación a 15.000 satélites para 2030, con el objetivo de mejorar la cobertura y expandir su servicio en Chile, Perú, Paraguay y Colombia.