Mario Romero.- Dos compañías de telecomunicaciones que sufrieron los embates de la pandemia en cuanto a preferencias de los usuarios, sumando la falta de competitividad y de inversiones necesarias para enfrentar al resto de las firmas presentes en Chile, terminaron por anunciar su fusión hace tres años atrás.
Claro Chile y VTR Chile anunciaban entonces una poderosa asociación, que les permitiría convertirse en una de las compañías que pudiesen ofrecer la mejor alternativa a Entel, Movistar y WOM, tanto en el negocio de telefonía móvil como internet y TV de pago.
Desde entonces, el panorama ha cambiado sustancialmente y las cosas no han resultado en absoluto para bien, partiendo por el mal nombre del resultado de la fusión, donde sus creativos determinaron usar simplemente «ClaroVTR», lo que fue sin duda un factor de poca claridad y de darle una nueva imagen a las dos empresas matrices.
Pero lo del nombre, a estas alturas, es una anécdota pues en 2023, ambas firmas llegaron a un acuerdo para inyectar US$ 1.000 millones a ClaroVTR, que incluía el refinanciamiento por US$ 324 millones de deudas arrastradas por VTR, además de nuevas inversiones, lo cual le permitió a la compañía de capitales mexicanos adquirir crédito convertible en acciones de la empresa en Chile en diciembre pasado.
Pero los números siguen en rojo candente para la matriz de Claro, la mexicana America Movil, por tanto, se estableció un plazo, que vence en agosto y que podría dejar a un solo dueño de todo el negocio debido a que la matriz de VTR, la estadounidense Liberty Media, no ha puesto el dinero que se había comprometido ni ha refinanciado la deuda interna.
Según diversos analistas, es clara señal que VTR, por mandato de su matriz, dejaría en manos de Claro Chile el negocio con el 100% de la sociedad creada, la cual se disolvería y la firma chilena se desligaría de la sociedad.
De momento, ambas partes y por separado, analizan el futuro de Claro-VTR, como empresa, la cual podría dejar de usar el apellido.
Con información de DF
