Mario Romero.- Apple ha sufrido una gran derrota en su ambición no solo de seguir liderando el mercado tecnológico sino que además incursionar en el segmento del negocio financiero.
Específicamente, la Apple Card tenía un acuerdo con el banco Goldman Sach como administrador de su tarjeta y correspondía la renovación del contrato para los próximos 15 meses, pero ha sido Apple la que ha puesto término al convenio y no se ha informado de un reemplazante, quedando la tarjeta y sus usuarios en el limbo.
La salida cubriría toda su asociación de consumidores, incluida la tarjeta de crédito que las empresas lanzaron en 2019 y la cuenta de ahorros implementada este año.
Cuando Goldman Sachs ingresó al espacio de las tarjetas de crédito en 2019, a muchos bancos de consumo les preocupaba que hubiera surgido un nuevo competidor, pero apenas cuatro años después, la empresa está retrocediendo.
La retirada comenzó a finales del año pasado, después de que Goldman perdiera miles de millones de dólares intentando construir una operación de servicio completo para el consumidor.
A principios de este año, Goldman le había dicho a Apple que buscaría deshacerse de la asociación, mientras negociaba con American Express la posibilidad de traspasar el programa al gigante de las tarjetas, pero no se llegó a acuerdo alguno.
Para Apple, el desarrollo es un revés para su negocio de servicios, en el que la compañía ha dependido cada vez más a medida que las ventas de iPhone comienzan a desacelerarse, aunque, sin duda, la asociación con Goldman probablemente represente una pequeña porción de ese flujo de ingresos.
En el trimestre de septiembre de Apple, las ventas generales cayeron menos del 1% anual, mientras que los ingresos por servicios aumentaron alrededor del 16%.
Para Goldman, la asociación fue una gran parte de su intento fallido de diversificarse más allá de los negocios que atienden a grandes clientes corporativos e inversores y a los ultraricos, y su desaparición es el último gran paso atrás del experimento fallido. Goldman ahora está volviendo a centrarse en esos clientes principales.
Analistas financieros citados por Wall Street Journal han señalado que la relación de Goldman y Apple ha sido compleja desde el comienzo e incluso Apple publicó anuncios que decían que la tarjeta no era de un banco, lo que irritó a ciertos ejecutivos de Goldman.
Ejecutivos de Goldman culpan a Apple por el escrutinio regulatorio al que se ha visto sometido el banco.
La Reserva Federal ha estado investigando el negocio más amplio de préstamos al consumo de Goldman. Goldman ha estado trasladando a sus empleados de los préstamos al consumo a un esfuerzo interno llamado Proyecto Azul que tiene la tarea de solucionar problemas regulatorios.