Mario Romero.- Llegó a convertirse en todo un ícono post-moderno previo a la pandemia, y símbolo de la nueva generación de usuarios más jóvenes y ayudó a albergar a muchas empresas nacientes.
Nos referimos a WeWork, que tras levantarse las restricciones post-pandemia, no logró retomar el ritmo de rentas de oficinas, así como los precios que se vinieron abajo, afectó fuertemente sus finanzas.
En ese escenario al cual se suma un verdadero desfile de directores que no se mantenían en el cargo por mucho tiempo, afectó severamente las cuentas de la empresa.
Según un reporte del WSJ, WeWork planea declararse en quiebra la próxima semana,lo cual marcaría un duro revés para la empresa de espacios de oficinas flexibles que alguna vez estuvo valorada en US$47 mil millones.
WeWork, con sede en Nueva York, está considerando presentar una petición del capítulo 11 en Nueva Jersey.
El mayor problema de WeWork es no haber cumplido con los pagos de intereses adeudados a sus tenedores de bonos de octubre. y al no hacerlo sería considerado un evento de incumplimiento.
Si bien la empresa ha señalado escuetamente que está negociando, ante los medios solo se ha remitido a señalar que todo lo que se dice al respecto es mera especulación.
Cabe señalar que hace dos meses la compañía reorganizó su directorio después de que tres directores renunciaron debido a un desacuerdo sobre la dirección estratégica de la compañía.
WeWork ha intentado renegociar los contratos de arrendamiento con los propietarios después de señalar que tiene dudas sustanciales sobre sus perspectivas de supervivencia, pero debe acomodar sus operaciones en el mercado actual porque el mercado inmobiliario de oficinas ha cambiado fundamentalmente.