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Bloomberg : Huawei construye en secreto tres plantas de chips financiadas por el gobierno chino

 

Un informe reciente de Bloomberg, que cita datos de la Asociación Estadounidense de la Industria de Semiconductores (SIA), ha expuesto las operaciones de fabricación de semiconductores cubiertas de Huawei, conocidas como la «red de producción en la sombra».

Esta red «clandestina» desempeña un papel fundamental en el avance de las ambiciones tecnológicas de China y al mismo tiempo elude las sanciones internacionales.

UNA MILLONARIA INVERSIÓN CON AUSPICIO

Según el organismo , Huawei ha adquirido silenciosamente un mínimo de dos fábricas no reveladas en China y se encuentra en proceso de construcción por al  menos tres más con un costo de inversión de nada más ni nada menos que US$30 mil millones que provienen  principalmente del gobierno chino y de la administración local de Shenzhen, donde tiene su sede Huawei.

Lo que distingue el enfoque de la empresa es su capacidad para operar a través de empresas proxy y seudónimos.

Ocultando efectivamente su participación directa en estas instalaciones de fabricación. Esta estrategia encubierta permite a Huawei eludir las sanciones internacionales. Permitiendo a la empresa adquirir equipos estadounidenses para la producción de chips y otros materiales restringidos.

Entonces, EE.UU. La Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio, en respuesta a las consultas de Bloomberg sobre el informe de la SIA, ha manifestado su vigilancia atenta de la situación y su disposición a tomar medidas si es necesario.

Esto incluye la prohibición de varias empresas chinas, entre ellas Huawei. En particular, dos entidades dentro de la red de Huawei, Fujian Jinhua Integrated Circuit Co. y Pengxinwei IC Manufacturing Co. (PXW), también se encuentran en esta lista.

Además, la revelación de la red de producción secreta de Huawei ha hecho saltar las alarmas dentro de la administración Biden pues se informa que Estados Unidos está considerando activamente la posibilidad de endurecer los controles de exportación contra China en respuesta a estos acontecimientos.

Por lo tanto, esta situación que se está desarrollando pone de relieve la compleja interacción entre las preocupaciones de seguridad nacional y el panorama cambiante de la competencia tecnológica global.

Mientras los gobiernos de todo el mundo luchan por abordar estas operaciones cubiertas, la red de producción en la sombra de Huawei sirve como un crudo recordatorio de los desafíos que plantean entidades decididas a eludir las regulaciones internacionales en pos de sus objetivos tecnológicos.

La red de producción secreta de Huawei podría dar a China una ventaja significativa en la competencia tecnológica global, pues el gigante asiático es un actor importante en la industria de los semiconductores y los esfuerzos de Huawei por desarrollar sus propias capacidades de producción podrían consolidar aún más la posición del país.

Por cierto, esto podría dificultar que otros países, como Estados Unidos, compitan con China en el desarrollo de nuevas tecnologías.

La red de producción secreta de Huawei también podría generar preocupaciones sobre la seguridad nacional.

Al gobierno estadounidense le preocupa que Huawei pueda utilizar su tecnología para desarrollar capacidades de vigilancia o para respaldar otras aplicaciones militares. Esto podría tener un impacto significativo en el equilibrio de poder en la región de Asia y el Pacífico y podría hacer que a Estados Unidos le resulte más difícil proteger sus intereses en la región.

Es probable que la respuesta del gobierno estadounidense a la red de producción secreta de Huawei sea compleja y multifacética.

El desarrollo de la red de producción secreta de Huawei podría conducir a una cadena de suministro global de semiconductores más fragmentada.

Si otros países siguen el ejemplo de Huawei y construyen sus propias redes de producción secretas, podría resultar más difícil para las empresas obtener los semiconductores que necesitan. Esto podría provocar precios más altos y escasez de semiconductores, lo que podría afectar la producción de una amplia gama de productos, desde teléfonos inteligentes hasta automóviles.

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