Steve Jobs fue un genio y figura, marcando toda una época en la industria tecnológica.
Pero junto a su amigo y socio Steve Wosniak, también se rodeó de un reducido número de personas en las que depositó su confianza, y una de ellas fue Katie Cotton, quien ha fallecido recientemente.
Cotton marcó su presencia en Apple y se convirtió en la mano derecha de Jobs, en su sombra y confidente.
Estuvo cuando el primer iPhone pisó las tiendas y ella acudían los medios, infructuosamente, cada vez que peleaban por una exclusiva.
Kattie aprovechó{o la instancia para estrujar esa maquinaría del hype de una forma solvente, pues solo ella sabía que una simple frase podía dar la vuelta a mundo e interpretarse de mil maneras.
La prensa la etiquetó como ruda, áspera, controvertida, y hostil y a la prensa siempre la vio como una herramienta para comunicar lo que Apple hacía y punto.
Parte de su personalidad, sirvió para acercarse a Jobs, entenderlo y apoyarlo en su carácter complejo y arrebatado.
Kathryn Elizabeth Cotton tenía tan solo 54 años y murió tras una larga enfermedad.
Fue considerada una de las mujeres más notables dentro del área las Relaciones Públicas y el marketing tecnológico y trabajó durante casi 20 años como VP de comunicaciones corporativas mundiales de Apple y cuando la enfermedad de Jobs avanzaba, fue una defensora inquebrantable de su privacidad.