Los cambios y normativas implementadas por la Unión Europea no se quedarán remitidas a implementar el cargador USB-C.
Esto recién comienza, pues se ha señalado ahora que obligará a los fabricantes de teléfonos inteligentes a abrir sus dispositivos a partir de finales de 2024, tras alcanzar un acuerdo provisional que requerirá que los dispositivos portátiles tengan baterías reemplazables por el usuario.
Tal como venimos en los teléfonos de los años 2007 a 2010, los cuales permitían abrirlos y reemplazar la batería.
Las extintas BlackBerrys y LG de la época fueron muy populares gracias a ello así como los primeros Galaxy Note de Samsung.
El acuerdo cubre baterías de casi todos los tamaños, desde baterías portátiles, baterías de arranque, iluminación y encendido para vehículos (baterías SLI), baterías de medios de transporte ligeros (LMT, piense en scooters y bicicletas eléctricas), baterías de vehículos eléctricos (EV) e incluso baterías industriales.
Esta legislación, si se aprueba, dará a los fabricantes 3 años y medio para modificar sus dispositivos portátiles de tal manera que los usuarios puedan quitar y reemplazar sus baterías fácilmente.
Las baterías reemplazables por el usuario solían ser la norma en los teléfonos inteligentes, pero en estos días son cada vez más raras.
Para el factor de forma de barra común, debería ser una adaptación relativamente fácil, incluso la resistencia al polvo y al agua es posible, como lo demuestran los teléfonos Xcover recientes de Samsung y dispositivos similares.
De momento y como aún hay plazo, se plantea un dilema con los teléfonos plegables pues será difícil encontrar un diseño que permita un fácil acceso a los usuarios.
Los fabricantes tendrán 3 años y medio para resolverlo, nuevamente, siempre y cuando el Parlamento y el Consejo de la UE aprueben la legislación.
Se requerirá que cada batería lleve etiquetas y códigos QR que contengan información sobre capacidad, rendimiento, durabilidad, composición química y un símbolo de «recolección separada». Asimismo, las baterías contarán con pasaportes digitales con información tanto del modelo de batería general como de la batería individual.
La pregunta del millón es cómo reaccionará Apple la que aún no se repone de la Ley de cargadores USB-C y ahora deberá pensar como hacerlo para que los iPhones también puedan «abrirse»:
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