El escándalo de espionaje a políticos, empresarios y periodistas realizado con el software Pegasus de la firma israelita NSO Group por parte de varios gobiernos y descubierto por varios medios de comunicación, está generando no solo el rechazo transversal, sino que el propio gobierno de ese país, designó un equipo interministerial para evaluar estas denuncias.
Cabe recordar que una investigación de 17 medios de comunicación que afirmaron que Pegasus fue usado en intercepciones de teléfonos, e intentos, mediante un programa que permite extraer mensajes, grabar llamadas y activa secretamente los micrófonos de los dispositivos y la firma ha salido al paso, ha rechazado la información de los medios de comunicación por considerarla «llena de suposiciones erróneas y teorías no corroboradas».
Israel analiza aplicar restricciones a la exportación del software espía si bien NSO afirma que su software se usa «para luchar contra la delincuencia y el terrorismo y ha negado haber cometido alguna infracción».
El periódico Le Monde y la emisora Radio France informaron que el teléfono del Presidente Macron (quién ya cambió su número tras la denuncia) estaba en una lista de posibles objetivos de vigilancia por parte de Marruecos y que no hubo acceso al teléfono, por lo que no se pudo verificar si había sido efectivamente espiado y por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, es de la idea de que se debería negar herramientas de espionaje a países donde no hay supervisión judicial
