La escasez de chips no solo está afectando a los teléfonos móviles, sino que es transversal, desde automóviles, juguetes, computadoras y una lista que va creciendo, tanto o más como la cantidad de empresas estadounidenses que están presionando al gobierno de Joe Biden para que entregue financiamiento y apoye un plan enérgico y poder salir del atolladero.
Apple, Microsoft, Google, Amazon y otros gigantes, están formando una coalición para lograr que el gobierno financie una producción adicional para la fabricación de chips, bajo la llamada «Coalición de Semiconductores en América» respalda la Ley CHIPS para América, en la que el presidente Biden solicita fondos del Congreso por US$50.000 millones.
El capital se utilizará para desarrollar una capacidad adicional de fabricación de chips en los Estados Unidos.
Hasta ahora las principales consecuencias por la escasez de chips la está sufriendo la industria automotriz, donde Ford y General Motors han debido incluso cerrar plantas de producción, y el propio CEO de Apple, Tim Cook advirtió que algunos modelos de MacBook y iPad también se verán afectados.
Habiendo agotado ya su inventario de repuesto disponible en los primeros tres meses del año, estas limitaciones de suministro afectarán la capacidad de Apple para fabricar suficientes dispositivos en el trimestre actual. Apple dijo que está «regulada por la oferta, no por la demanda». Hasta ahora, la producción del iPhone no se ha visto afectada, pero un informe separado de Nikkei ha indicado que los suministros de piezas posteriores son escasos.
Actualmente, los analistas creen que la escasez mundial de chips persistirá hasta bien entrado el 2022. La escasez se ha producido debido a una tormenta perfecta de factores que incluyen sequías, guerras comerciales entre Estados Unidos y China, horarios de demanda fluctuantes durante el último año y la pandemia de COVID-19.