Un detallado informe publicado por Nikkei Asia, da cuenta que la escasez de chips que había frenado la fabricación de automóviles ahora se ha extendido a la producción de teléfonos y computadoras, amenazando con echar por tierra una incipiente recuperación económica post a la pandemia.
La escasez provocada por la fuerte demanda de chips durante la pandemia se ha visto agravada por el cierre de una planta de Samsung en Texas por razones climáticas y que tiene la responsabilidad de producir el 5% del suministro mundial, y que se encuentra paralizada desde el 16 de febrero, lo que ha provocado repercusiones generalizadas en la cadena de suministro.
La planta de Samsung Texas fabrica chips para Qualcomm, lo que afectará a una amplia gama de fabricantes de teléfonos inteligentes que dependen de la compañía para componentes clave y Apple, se vería afectada pues adquiere pantallas OLED de Samsung y de paso también podría enfrentar interrupciones en la producción del iPhone, pues el 27% del dispositivo depende de partes y piezas de la firma surcoreana.
Además, analistas advierten que los retrasos y el forecast incierto, podría alterar los ya sobrecargados calendarios de producción de toda la industria al punto de que Apple podría verse presionada en tener que dilatar por segundo año consecutivo la salida del iPhone.
