Uno de los mayores obstáculos para la fidelización de usuarios con teléfonos Android es la fragmentación de su sistema operativo, que si bien ha mejorado sustancialmente, la eterna disputa Google-fabricante-operador por mantener las actualizaciones al día, se convierten en un enredo de marca mayor.
No es posible que un fabricante A reciba en marzo una primera beta y cuente con su versión final en octubre, mientras que el fabricante B se demore 11 meses en tenerlo y ello crea molestia, desencanto y mal que mal, afecta a millones de usuarios y la reputación de las marcas, que al depender de un sistema operativo de terceros, en este caso Google, no tienen mucho que hacer.
Hasta ahora las actualizaciones contemplan dos años de Android más tres de parches de seguridad, pero que los fabricantes extrañamente no cumplen y vienen las acusaciones cruzadas, pero todo ello podría cambiar radicalmente pues Google quiere la solución de este problema y ha sellado un acuerdo con Qualcomm para extender las actualizaciones, incluyendo parches de seguridad, hasta los cuatro años a partir del próximo 2021.
De esta manera Google promete que los procesadores de Qualcomm mantendrán la compatibilidad con el sistema hasta cuatro años después de su lanzamiento y un ejemplo práctico es considerar el Snapdragon 888 que será compatible con las versiones de Android lanzadas hasta en el año 2025.
Esto implica que los teléfonos con chips Qualcomm podrán ofrecer cuatro años de actualizaciones completas de Android, incluyendo en dicho tiempo los parches y correcciones de seguridad sumando un año adicional y dos actualizaciones propias del sistema operativo cuyo nuevo soporte se empezará a ofrecer el año próximo, 2021.
Esta medida es sin efecto retroactivo y solo se considera «desde» Android 11 y precisamente se comienza con el nuevo Snapdragon 888 hacia adelante.