Como es sabido, desde el pasado 15 de septiembre rige una segunda etapa del veto impuesto por la administración del gobierno de EE.UU contra Huawei, lo que le ha impedido a la firma china contar por ejemplo, con la totalidad de los pedidos de sus nuevos chips Kirin 9000 realizados a su proveedor TSMC.
Para entender en contexto, el «veto extendido» obliga a firmas no estadounidenses como el caso de la taiwanesa TSMC, a no tener negocios con Huawei, pues en alguna parte del proceso, hay patentes de empresas de EE.UU y ello bloque per se, cualquier opción de comercialización de productos o servicios, a menos que se solicite una licencia, que es otorgada o rechazada por el Departamento de Comercio.
Intel, AMD y otras firmas han obtenido licencias, pero no son mucho aporte dentro del ecosistema de Huawei, y la licencia otorgada la semana pasada a TSMC no considera la fabricación de procesadores, sumando ahora a la licencia entregada a Samsung Display para que pueda proveer de pantallas a los teléfonos de Huawei, pero que lamentablemente para concretarlo, depende de…. otras licencias.
Por lo pronto, Microsoft cuenta con licencias para poder entregarle Windows y Office a la división portátiles de Huawei.
El problema parece estar centrado en el controlador y los circuitos integrados táctiles utilizados para las pantallas, que están diseñados por ARM, firma recientemente comprada por NVIDIA, la que necesariamente requiere de una licencia, para que a su vez la surcoreana pueda realizar negocios con Huawei.
Por su parte LG Display y SK Hynix aún no han recibido una licencia, al igual que Samsung Electronics, la matriz de Samsung Display y por ahora Huawei puede obtener pantallas de BOE para sus teléfonos.