Desde el año 2017, cuando Apple estrenó su iPhone X, el precio se elevó a la barrera histórica de los US$1.000.- convirtiéndose hace tres años en el dispositivo más caro de la historia, pero la compañía dejó abierta una puerta por donde fueron cruzando otros fabricantes, con o sin mayores argumentos, pues la lógica apuntaba a si acaso «es caro.. es mejor».
La era del «teléfono caro» por rozar o superar los US$1.000.- comenzó con iPhone X
En agosto de 2018, Samsung estrenó su Galaxy Note 8 a un precio bastante cercano a esa barrera, con ticket de precio de US$ 929.- y desde entonces, los precios de los teléfonos han estado subiendo regularmente, (con o sin argumentos de por medio) y estos últimos meses, partiendo desde el Note 10 Plus, pasando por el Huawei Mate 30 Pro y los Xiaomi MI10, OnePlus 8 Pro, todos ellos o bien rozan los US$1.000.- o los sobrepasan con creces.
El Galaxy S20 parte este año desde los mismos US$ 1.000.- mientras que su hermano mayor el Ultra, se empina hasta los US$ 1.400.- e incluso sorprende que el fabricante Motorola, ausente de la gama alta, haya regresado al mercado con su modelo Motorola Edge + que también cuesta $ 1,000, y el Xiaomi Mi 10 Pro, se vende por US$ 1.080.-
Samsung Galaxy 20 Ultra US$1.300.-
No se trata solo de superar el ticket de los mil dólares, sino cómo llegan a venderse en el resto del mundo, particularmente en países con dolar alto, volátil, como es del caso de Chile, donde la conversión de importación, rara vez se mantiene en la proporción real, terminando por convertir los US$1.000.- en CLP$1.000.000.-
Se puede entender que el aumento en los precios se atribuye a un hardware mejorado, pantallas mucho mejores con altas frecuencias de actualización, módulos de cámara más grandes con teleobjetivos dedicados y conectividad 5G, pero al recurrir a sitios donde valorizan pieza por pieza, no deja de sorprender que los fabricantes están cobrando el 80 o el 100% de su costo de fabricación.
OnePlus 8 Pro US$1.200.-
Además, los teléfonos Android ahora tienen un hardware mucho mejor, pero el ciclo de actualización de software no ha cambiado desde años anteriores con dos actualizaciones de plataforma y actualizaciones de seguridad durante tres años, pero por muy «espectacular» que sea la foto de la luna, sino va de la mano de un buen sonido y de un buen software «al día», la sensación de pagar de más se hace cada vez más latente.
Por ello, las actualizaciones de software se valoran mucho más que antes y es recurrente encontrarse con quejas en cómo las marcas de pronto, no van al ritmo que se requiere, más aún si pagaste un precio altísimo por un equipo que debería estar al día de manera excepcional, algo que el usuario valora y que busca, pero con las marcas solo comprometidas con dos actualizaciones de la versión de Android, solo los teléfonos lanzados en los últimos dos años recibirán la última actualización de Android, dejando de millones de dispositivos para sostener papeles.
Xiaomi MI10 Por US$990 es el más caro de la compañía china caracterizada por vender barato
Acá el tirón de orejas es objetivo : Android se complica para sus procesos de actualización en comparación con iPhone y aunque Google intentó cambiar eso al exigir a las marcas que ofrecieran al menos dos actualizaciones de plataforma, no todos los fabricantes han cumplido con esa regla.
OnePlus y Xiaomi han ido rápido en actualizase, después de los Google Pixel, obviamente.
Si los fabricantes de teléfonos Android ordenaran su programa de actualizaciones, Samsung no recibiría tantas críticas en su lentitud para hacerlo, y apretando el acelerador, de seguro otros fabricantes de dispositivos inevitablemente tendrán que hacer lo mismo. Samsung hace un buen trabajo en la gama alta, pero no lo replica en sus gama media como la Serie A.
Ahora los fabricantes de teléfonos Android tienen una presión adicional ya que con el iPhone SE a US$ 399 y con el sistema operativo al día, demuestra que es momento para que entiendan lo importante que es el soporte de software en sus teléfonos.
La nueva realidad es que los usuarios hoy conviven más tiempo con sus dispositivos y con el agravante de una oleada de teléfonos de gama media cada vez con mayores prestaciones no hay una razón de peso, para actualizar su teléfono anualmente.