Los tiempos no están buenos y eso cada uno lo sabe, y el consumo en general es la primera área de la economía que se resiente, donde las familias reordenan sus ingresos, o en casos extremos, cortan todos los gastos hasta que se generen nuevos ingresos, y una de las consecuencias inmediatas de la pandemia de coronavirus, ha sido el reafirmar esa tendencia.
La Consumer Intelligence Research Partners (CIRP), un organismo de consumidores independiente de EE.UU entregó su más reciente informe y es concluyente con lo que se plantea, y los datos muestran que la mayoría de los propietarios de iPhone todavía se actualizan cada 1 o 2 años, pero la proporción de aquellos que lo hacen con menos frecuencia ha aumentado cada año desde 2016.
«En el último trimestre, el 28% de los compradores conservaron su teléfono antiguo durante tres años o más, en comparación con solo el 12% hace cuatro años».
Mike Levin, socio y cofundador de CIRP
El reporte indica que solo un porcentaje muy menor de compradores de iPhone actualiza sus teléfonos cada año. Entonces, la buena noticia para Apple es que los consumidores compran cada vez más los teléfonos más nuevos y más caros, pero con la diferencia que ahora conservan esos teléfonos durante mucho más tiempo, mucho más allá de los dos años típicos de hace unos años lo que ralentiza el ciclo de actualización y reduce la demanda unitaria en un mercado saturado
CIRP señala que el modelo de iPhone más popular en EE.UU es el iPhone 11 el cual desplazó al iPhone XR del año pasado, mientras que el Phone 11 Pro y 11 Pro Max mejoraron la participación, en comparación con los iPhone XS y XS Max de alta gama similares de hace un año.
FACTOR IPHONE SE
Los iPhone 8 y 8 Plus tuvieron una participación del 13% en las ventas, y el lanzamiento del nuevo iPhone SE líder en precios y la retirada del 8 deberían alterar la mezcla de ventas y poner aún más énfasis en los modelos recién lanzados en el próximo trimestre, quizás quitando incluso algunos puntos de market share a iPhone 11 tomando en cuenta la contingencia.
Los ciclos de actualización cada vez más largos han sido un problema para todas las marcas premium de teléfonos inteligentes, con un número creciente de consumidores que sienten que la diferenciación relativamente limitada entre los modelos de un año al siguiente no justifica el alto precio, un argumento que toma peso cuando la situación económica y la cesantía golpean a los hogares.