Con el avance del coronavirus en Chile, algunas empresas en su afán de poder ofrecer mejores garantías, optaron por el homeoffice o teletrabajo, en aquéllas áreas obviamente donde aplique, pero al poco andar, tanto profesionales, analistas y políticos, se dieron cuenta que no había un cuerpo legal respecto de esta modalidad.
Es decir, era una práctica asumida, pero con carencia de peso jurídico y ante la contingencia, el gobierno el dia de ayer presentó la normativa llamada «Ley de Teletrabajo» que el mismo Presidente de la República dió a conocer a través de un inusual discurso.
En términos prácticos la Ley establece lo siguiente
La modalidad de teletrabajo debe ser acordada por ambas partes y se mantienen las mismas condiciones y derechos adquiridos antes de esta modalidad, por lo tanto, se mantienen las remuneraciones.
Los insumos, como computadores e impresoras, son de cargo del empleador.
Hay derecho a la desconexión. Además, se puede mantener la misma jornada u optar por una flexible, garantizando al menos 12 horas de desconexión.
Todos los derechos en materia de seguridad y salud están garantizados, como por ejemplo, si una persona en su domicilio tiene un accidente del trabajo, va a recibir la cobertura de la mutual respectiva.
REPAROS
Desde el Frente Amplio se concentraron las mayores críticas al proyecto, en donde sus parlamentarios votaron en contra de varias de las indicaciones propuestas, con el objetivo de llevar el proyecto a una comisión mixta y que surgiera un acuerdo común y la diputada y presidenta de Convergencia Social, Gael Yeomans, en declaraciones realizadas a Radio U deChile, criticó la promulgación de la ley de teletrabajo y trabajo a distancia por no tomar en cuenta la situación de las mujeres que realizan labores reproductivas o domésticas.
Este proyecto se fue con dos grandes problemas: no tenemos límites de jornada laboral, ni derecho al descanso, ni pago de horas extras o incluso acceder a normas de higiene y seguridad en el trabajo. Para las mujeres no hay medidas para que ellas puedan trabajar desde su casa sin tener que hacerse cargo de las labores reproductivas o domésticas, porque sabemos la definición de roles que tiene esta sociedad.
Se cuestiona que la ley de teletrabajo aprobada “asegura” 12 horas de descanso entre jornada y jornada, lo que ha sido visto por algunos sectores como una precarización en las condiciones laborales, con jornadas que podrían extenderse más de lo legalmente dispuesto.
Según cifras del Ministerio del Trabajo, a la fecha, sólo un 1,5 por ciento de los trabajadores del sector privado ejerce su labor en el formato a distancia, es decir, unas 81 mil 695 personas de más de cinco millones 400 mil trabajadores.