Control de ciudadanos, lucha contra la delincuencia o abiertamente persecución política, son algunos de los argumentos que podrían estar detrás de la decisión del gobierno de China en implementar desde hoy nuevas regulaciones que requieren que los operadores de telecomunicaciones chinos escaneen los rostros de los usuarios que registran nuevos servicios de telefonía móvil, una medida que, según el gobierno, tiene como objetivo combatir el fraude.
Las reglas, anunciadas por primera vez en septiembre, significan que millones de personas más estarán bajo el ámbito de la tecnología de reconocimiento facial en China y el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT) no dijo qué compañías proporcionarán estos servicios a los proveedores de telecomunicaciones, pero China cuenta con empresas que destacan en el área de software de reconocimiento facial, incluidos Megvii y SenseTime.
LA NUEVA NORMATIVA
Los operadores de telecomunicaciones de China ahora deben usar la tecnología de reconocimiento facial y otros medios para verificar la identidad de las personas que abren nuevas cuentas de teléfonos móviles y los tres operadores más grandes de China como son China Telecom, China Unicom y China Mobile comenzará a implementarlo, desconociéndose hasta ahora si la ley es retroactiva
Los supermercados, el Metro y los aeropuertos ya usan tecnología de reconocimiento facial y por ejemplo, el gigante del e-commerce Alibaba ofrece a los clientes la opción de pagar con su rostro en su cadena de supermercados y dirige un hotel en su sede de la ciudad de Hangzhou, donde los huéspedes pueden escanear su rostro con sus teléfonos inteligentes para registrarse con anticipación.
Las tecnologías de vigilancia han encontrado poca oposición pública, pero ha habido un debate mayormente anónimo en plataformas de redes sociales como Weibo y algunos usuarios argumentan que es necesario combatir el fraude, como las llamadas tipo «Cuento del Tío», pero otros han expresado su preocupación por sus implicaciones para los datos personales, la privacidad y la ética.
China ha exportado su solución de reconocimiento facial a Myanmar, Argentina y otros países quienes han comprado tecnología de vigilancia de empresas como ZTE y Huawei Technologies como parte de los planes para crear «ciudades inteligentes» y también existe el temor de que la recopilación de datos biométricos se puedan encontrar para la venta en Internet, con un paquete de 5.000 rostros a US$1.40 cada uno.