Un detallado reporte de Mark Gurman de Bloomberg da cuenta de que Apple, al parecer, está girando en su estrategia de cómo presenta su software, los ciclos de pruebas, los procesos y así evitarse más de algún dolor de cabeza, como ha ocurrido en la última entrega donde una seguidilla de errores «estropeó» los últimos sistemas operativos de iPhone y iPad.
El jefe de software, Craig Federighi, y su equipo interno, anunciaron los cambios en una reciente reunión interna con los desarrolladores de software de la compañía, cuyo nuevo enfoque exige que los equipos de desarrollo de Apple se aseguren de que las versiones de prueba, conocidas como «compilaciones diarias», de futuras actualizaciones de software deshabiliten las funciones no terminadas o con errores de forma predeterminada.
Luego, los evaluadores tendrán la opción de habilitar selectivamente esas funciones, a través de un nuevo proceso interno y un menú de configuración denominado Banderas, lo que les permitirá aislar el impacto de cada adición individual en el sistema.
Cuando se lanzó el iOS 13 de la compañía junto con el iPhone 11 en septiembre, los propietarios de iPhone y los desarrolladores de apps se enfrentaron a una serie de problemas de software, como por ejemplo, el bloque de algunas apps, o señal de celular inconsistente.
Según Bloomerg, la autocrítica de Apple es que se reconoce que hubo errores en la interfaz de usuario en aplicaciones como Mensajes, problemas de búsqueda en todo el sistema y problemas al cargar correos electrónicos y algunas características nuevas, como compartir carpetas de archivos a través de iCloud y transmitir música a múltiples conjuntos de AirPods, se retrasaron o aún faltan, lo que se ha traducido en la más problemática en la historia de Apple.
La versión inicial de iOS 13 era tan defectuosa que Apple tuvo que apresurar varios parches y en los primeros dos meses de iOS 13, ha habido ocho actualizaciones, la mayoría desde 2012 cuando Federighi se hizo cargo del grupo de ingeniería de software iOS de Apple y actualmente, la compañía está probando otra nueva versión, iOS 13.3, y ya hay un seguimiento en proceso para el otoño del hemisferio sur.
Las actualizaciones anuales de software programadas para su lanzamiento con los últimos iPhones son una forma crítica para que Apple agregue nuevas capacidades y evite que los usuarios migren a Android.
Con la nueva estrategia, el proceso de desarrollo ayudará a que las primeras versiones internas de iOS sean más utilizables o «habitables» en el lenguaje de Apple y antes del desarrollo de iOS 14, algunos equipos agregarían características todos los días que no se probaron por completo, mientras que otros equipos contribuirían cambios semanalmente.
Los ejecutivos de Apple esperan que el enfoque de prueba revisado mejore la calidad del software de la compañía a largo plazo, pero esta no es la primera vez que los ingenieros de Apple escuchan esto.