A diferencia de lo ocurrido en mayo, cuando el Presidente de EE.UU, Donald Trump no solo acusó a Huawei de ser espía para el gobierno chino, de vetarla y de acusarla de ser un peligro para la seguridad nacional de su país, para luego tomarla como comodín en las negociaciones de aranceles con China, ahora la máxima autoridad estadounidense ha cambiado (aparentemente) de estrategia.
Trump, señaló ante la prensa de la Casablanca, que no quiere hablar sobre Huawei como parte de las conversaciones comerciales entre su país y China e insistió en señalar que Huawei es una preocupación de seguridad nacional y es una gran preocupación para los militares, de las agencias de inteligencia, y no se está haciendo negocios con ellos.
«Y veremos qué sucede con respecto a China, pero Huawei no es de quien queremos hablar, no queremos hablar en este momento».
Sin embargo, estas observaciones hechas por Trump no pueden tomarse como decisión final sobre el asunto, pero indican que la situación puede cambiar de acuerdo con las negociaciones con China.