Desde que el Presidente Donald Trump incluyó a Huawei como «el malo de la película» y la etiquetó como peligro para la seguridad nacional, prohibiéndole a las empresas de su país hacer negocios con ellos, una serie de hechos han ido decantándose, enredándose y sobretodo, quedando en ascuas.
Luego de aquél domingo de mayo, cuando Google emitía la declaración que dejó a todos atónitos en el sentido de que debía de cumplir con lo instruido por su gobierno, dejando congelado el relacionamiento con Huawei, el Departamento de Comercio de EE.UU aclaraba entonces que le permitía a Huawei seguir usando Android, solo para «efectos de respaldo» hasta el 19 de agosto, un plazo que vence ahora y que pese a las declaraciones del mismo Trump en la G20 de Tokio a fines de junio, donde «suavizaba» el veto, en términos prácticos no hay nada oficial sobre qué pasará.
Lo más probable es que no ocurra nada, pero viendo cómo se han ido dando las cosas en medio de la llamada «Guerra comercial» entre China y EE.UU, no solo Huawei u otras firmas se lo preguntan, sino que también la prensa, inversionistas y los mismos usuarios, pues ese plazo ya entra a vencerse y a partir de este lunes, el destino de la compañía será mucho más claro, pero algunas implicaciones inesperadas podrían volver a cambiar las condiciones.
Este 19 de agosto, de hecho, la licencia comercial temporal otorgada por los Estados Unidos al gigante chino expiraría, por lo tanto, Huawei estaría en una situación difícil, y según diversos medios todo indica a que el Departamento de Comercio de EE. UU. extenderá la concesión ofrecida a Huawei, para permitir que la marca china continúe comprando componentes de compañías estadounidenses, usar Android y de esta manera, será posible continuar suministrando a los clientes existentes y mantener las redes de telecomunicaciones actuales.
Esta extensión, lógica y sana, renovaría un acuerdo que de lo contrario, solo permitiría a los dispositivos Huawei contar con actualizaciones de software sin tener de manera clara lo que pasará con el software del Huawei Mate 30 Pro, pues aún no ha sido certificado por Google, entendiendo el contexto del cual nos referimos.
Con esta extensión de 90 días se demuestra cómo las relaciones comerciales entre los Estados Unidos y China son flexibles dentro del «caso Huawei» pero todo esto podría cambiar por lo que todavía no hay un estado oficial de esta concesión.