Cuando Apple pasó del LCD al OLED buscó muchas opciones para contar con varios proveedores y uno que fuese cabeza de serie, y en ese entonces y hasta ahora, no hay otro mejor proveedor de pantallas OLED que la surcoreana Samsung, a quien se le encargó la responsabilidad de fabricar las pantallas de los primeros iPhone X, luego el iPhone XS y XS Max.
Se firmó un acuerdo por US$5.800 millones a varios años y si bien Apple cuenta con otros proveedores (en caso de urgencia) como LG Display y en el caso de las pantallas LCD de los iPhone XR y anteriores con Japan Display, lo concreto es que acá o los números eran demasiado optimistas o bien no se llegó a lo estipulado.
A consecuencia de no lograr las ventas proyectadas de iPhones de última generación, y como parte del acuerdo, Apple ha debido desembolsar a la surcoreana Samsung US$683 millones que fueron ingresados en los resultados financieros de la firma, la que más allá de este aporte, ha reportado que perdió US$5.500 millones en el trimestre, lo que refleja la contracción generalizada en la industria móvil.
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