The Wall Street Journal ha publicado un extenso reportaje dando cuenta de las probables razones por las cuales Jony Ive decidió dar un paso al costado en Apple pues llevaba un buen tiempo «desalentado»respecto a las decisiones de diseño de Apple.
Según el análisis del influyente medio estadounidense, tanto ejecutivo preocupado más de números que de creatividad, generó lo que Ive considera «erosión de la magia» en los productos de Apple que el diseñador tenía con Steve Jobs, que recordemos estaba presente en todas las fases del diseño de un producto, mientras que al parecer Cook llegaba a no ver el producto directamente hasta los hands-on que hay para la prensa después de la keynote.
Fue una de las consecuencias de poblar el consejo de administración con ejecutivos cada vez más alejados del diseño de productos y se suma al retiro o renuncia de gran parte del team original de diseñadores de Apple, siéndo Ive el último de los «clásicos». No en vano con su salida de Apple se ha determinado que sin Ive, se ha puesto «fin de una era».
Además, hubo discrepancias iniciales entre Jonathan Ive y otros ejecutivos con la estrategia de venta del Apple Watch, el diseñador quería venderlo como un accesorio de moda, que es el enfoque que tenía originalmente , pero según TWSJ tuvo que «negociar» con la plana ejecutiva para que siguiera dependiendo del iPhone y así venderlo como un accesorio tecnológico.
Al ser nombrado en el puesto más alto del área de diseño, Ive comenzó a ausentarse con mayor frecuencia de las reuniones de equipo para el proceso de creación del iPhone X, lo que fue generando un quiebre interno en torno a los procesos y decisiones internas de la compañía.
Si bien Ive con su propia compañía le venderá a Apple sus diseños, los juicios emitidos por el diario, en base a entrevistas a cercanos al ahora exejeutivo, son juicios de valor, y nadie más que Ivy y Cook saben exactamente lo que pasó, pero más allá de las apreciaciones, está más que claro que es una pésima señal para la compañía.
