Mario Romero- Editor TransMedia.cl.- No había duda alguna que lo más sensato para el mercado, la industria tecnológica, los usuarios y los países, era dejar sin efecto la absurda y arcaica medida aplicada por la administración Trump contra la firma china Huawei en mayo pasado, la cual impedía a empresas estadounidenses hacer negocios con la empresa, ya sea en venta de productos o servicio.
El sábado recién pasado y tras la reunión entre el Presidente Donald Trump y Xi Jinping de China, se acordó «suavizar» el veto impuesto, lo que implica que las mismas empresas estadounidenses impedidas de hacer negocios con Huawei, podrán retomarlos, y reactivar negocios por US$11 mil millones, pero es bueno tener en cuenta que implica esto en lo inmediato.
1.- El fin del veto significa que ya no aplica el deadline del 19 de agosto para Google-Huawei y por lo tanto, todo seguirá igual, tal como se dijo desde el primer día.
2.- Es erróneo pensar o creer que con esta medida los teléfonos Huawei se puedan vender en EE.UU, pues ello siempre ha quedado fuera de cualquier negociación y es arista de otro tema
3.- Huawei sigue en la mal llamada «Lista Negra», lo que impide que la firma china venda sus productos (no teléfonos) de telecomunicaciones en suelo estadounidense, y de paso, siguen su curso las demandas que el Gobierno de EE.UU ha impuesto sobre la firma china a la cual la acusa de espionaje.
4.- La flexibilización de las medidas de la administración Trump en contra de Huawei solo favorece a las ventas que realicen los proveedores de EE.UU a Huawei y no a la inversa, resultando favorecidos Google, ARM, Intel , Microsoft, Micron, Qualcomm y otras.
Se espera que en las próximas semanas se tenga mayor claridad respecto de cómo se sigue avanzando en estos puntos, toda vez que Huawei estuvo ad portas de ingresar oficialmente al mercado de EE.UU a través de Verizon y AT&T en enero de 2017, pero a última hora y por presiones gubernamentales, los contratos con las operadoras quedaron en nada.
Si bien hay un avance y echa por el suelo las inminentes restricciones a Huawei, lo que le brinda un respiro, no alcanza para dar vuelta la hoja y poder reconstruir una imagen que indirectamente se ha visto afectada por ser usada como «un comodín» en una negociación político- comercial entre las dos potencias.