Se había advertido hace unas semanas atrás y hoy solo se ha confirmado pues la surcoreana Samsung vive un momento complejo tras reportarse el informe de ganancias del primer trimestre donde las ganancias cayeron un 60 por ciento en comparación con el período anterior del año pasado.
La culpa no la tiene su estrenado S10 y de hecho logró despachar 78 millones de unidades en el trimestre.
Los ingresos de la compañía en el primer trimestre de 2019 se redujeron en un 13 por ciento interanual a US$ $ 45 mil millones con una ganancia de US$ 5.330 millones.
Samsung afirma que el motivo de la caída masiva de ganancias en el último trimestre se debió a la caída de la demanda de chips de memoria pues la compañía depende en gran medida del suministro de chips a fabricantes de terceros y, por supuesto, de pantallas.
La compañía dice que esperan que la imagen financiera mejore a lo largo de la segunda mitad de 2019 a medida que los fabricantes de teléfonos inteligentes aumenten hacia la temporada de lanzamiento establecida.
También buscará “fortalecer su línea de productos a través de innovaciones como Galaxy S10 5G y Galaxy A80 y la reorganización continua de sus ofertas de productos”.
Para la segunda mitad, a pesar de la competencia del mercado intensificada, Samsung espera que las ventas de teléfonos inteligentes aumenten lideradas por los nuevos modelos en todos los segmentos, desde la serie Galaxy A hasta el Galaxy Note en medio de una fuerte estacionalidad.
En el segmento premium, la compañía reforzará su liderazgo a través del nuevo Galaxy Note, así como sus productos innovadores como los teléfonos inteligentes 5G y plegables.
Por lo pronto habrá que ver qué pasa con el Samsung Galaxy Fold tras su fallido estreno y la espera del reporte de daños eventuales.