Más allá de las posturas políticas, éticas, filosóficas y valoricas que cada uno pueda tener sobre la extracción de minerales, no cabe duda alguna que actualmente no solo es un bien escaso, sino que además pasea por una larga y delgada línea que involucra desde impuestos, propiedad, ecosistema, producción y riqueza entre una larga lista de factores y que también ayudan al desarrollo de un país.
Chile es el segundo mayor productor de litio del mundo actualmente, y CORFO lo sabe, como también lo saben no solo los países vecinos como Bolivia y Argentina que también poseen sendos recaudos de este mineral, sino que también están pendientes la industria tecnológica y la automotriz.
En febrero de este año, CORFO firmó un acuerdo con la principal minera de litio, Albermarle Corp para dar a los fabricantes acceso a litio más barato y ser un polo de atracción a la industria para que fabriquen allí sus baterías para autos eléctricos.
El escenario será el Salar de Atacama, el mayor depósito salino de Chile que ya está notando en su fauna y flora el impacto de esta actividad pues algunas lagunas y praderas se están reduciendo o secando, mientras que se ha registrado un descenso en la población de flamencos salvajes.
El salar de Atacama es el mayor depósito salino de Chile y está formado por una depresión sin salida de aguas que recibe al río San Pedro de Atacama y múltiples quebradas por donde se filtra el agua desde la cordillera y forma parte del denominado triángulo del litio, una zona geográfica ubicada en la punta de América del Sur, en el límite de Argentina, Bolivia y Chile y que con el auge de la electromovilidad se ha convertido en un punto clave para la industria.
Planta de Litio SQM – Foto Corporativa usada con fines informativos
Según un artículo publicado por Bloomberg, Chile espera que fabricantes como Samsung SDI y Posco comiencen a instalar plantas de procesamiento de litio a finales de año, y con ello convertirse en un centro de fabricación de baterías recargables para vehículos eléctricos, y por eso quiere vender sus enormes reservas de litio a un precio que la industria automotriz y de baterías.
«No sabemos si alguna vez fabricaremos vehículos, pero nos gustaría al menos ver que se produzcan componentes de baterías en Chile, quizá incluso la batería completa«, asegura el Presidente de Corfo en declaraciones recogidas por Bloomberg.
Prototipo de auto eléctrico de Volkswagen alimentado con baterías de litio
La producción chilena depende de las cuotas de extracción que fije Corfo, la entidad estatal propietaria de los recursos, y en los últimos años, las negociaciones con SQM para aprobar una ampliación fueron tensas.
Según datos de Reuters, las exportaciones chilenas de carbonato de litio alcanzaron US$949 millones s en 2018 y las previsiones auguran que la demanda mundial de litio se cuadruplique para 2025.
VOLSKWAGEN LO SABE Y QUIERE LITIO
«Nos estamos enfocando en el litio de la industria minera porque esta forma de extracción significa precios más estables, capacidades garantizadas y sostenibilidad transparente«, dice Volkswagen, que se ha propuesto fabricar 22 millones de coches eléctricos de aquí a 2028 y cuenta con un ambicioso plan de compras en países productores de este mineral, asegurándose por ahora gracias a la situación sociopolítica en Australia que es más que estable, lo que no ocurre en otros países productores como la República Democrática del Congo (RDC) donde hay severas violaciones a los DD.HH, y el tema ambiental presente en Bolivia y Argentina, donde el impacto medioambiental de extraer estos materiales hacen peligrar su estabilidad.
Mapa de la Cadena de Valor de la alemana VW sobre el litio y su relevancia
Por ello el gigante alemán, a través del conglomerado Ganfeng Lithium pretende asegurarse y por ello también mira hacia Chile en su afán de asegurarse del que algunos llaman «el oro blanco».