A través de una transmisión en directo desde Shenzhen, el polo industrial de China y vía YouTube, los máximos ejecutivos de Huawei han anunciado que demandarán al Gobierno de Estados Unidos por infringir los derechos de la empresa en ese país y de impedir que se le ofrezca a los consumidores sus productos.
Huawei en su demanda pide al gobierno de EE.UU que aclare las falsas afirmaciones de espionaje que supuestamente realiza la empresa y todos los obstáculos y falsas acusaciones contra la empresa.
En lo sustancial se señala que en agosto de 2018, Estados Unidos aprobó la Ley de Autorización de Defensa Nacional («NDAA») que prohíbe específicamente a las agencias federales el uso de sus productos y que la adquisición de equipos o servicios de Huawei, contratación con entidades que utilizan equipos o servicios de Huawei.
EE:UU desde entonces a prohibido otorgar fondos de subvenciones o préstamos que se utilizarán para obtener equipos o servicios cubiertos por Huawei.
Ante ello la Compañía decidió presentar una acción legal contra los Estados Unidos de América ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Texas hoy
Con ello, Huawei busca impugnar las órdenes de prohibición vigentes y solicitar al Tribunal que declare que la ley que se está utilizando para limitar sus ventas no es constitucional.
El CEO de Huawei señaló que «Es un abuso del proceso legislativo y el congreso de los EE. UU. Ha fallado repetidamente en presentar pruebas que respalden sus restricciones sobre los productos de Huawei»
Añadió que las preocupaciones de seguridad están fuera de lugar, y dijo que Huawei nunca ha instalado ni instalará puertas traseras, ni permitirá que otros lo hagan.
Desde la perspectiva de Huawei, las medidas restrictivas impiden que la empresa proporcione tecnologías 5G más avanzadas a los consumidores estadounidenses, lo que retrasará el despliegue comercial de 5G y la mejora de sus prestaciones en Estados Unidos.
Adicionalmente, los usuarios en las regiones rurales y remotas del país se verán obligados a elegir entre la financiación gubernamental y los productos de alta calidad y precios asequibles. Lo cual dificultará la actualización de la red y ampliará la brecha digital. Peor aún, las restricciones impuestas a Huawei sofocarán la competencia, dejando a los consumidores estadounidenses pagar precios más elevados por productos inferiores.
De acuerdo con las previsiones de fuentes de la industria, de permitir a Huawei competir en el mercado, se reducirían en 15% a 40% los costos de la infraestructura de telefonía móvil, ahorrado por lo menos 20.000 millones de dólares a los operadores en Norteamérica durante cuatro años.