La cantidad variada de consejos sobre cómo podría ser la receta perfecta para cuidar la batería de un iPhone, ha llegado a convertirse hasta en un ritual o bien un mito urbano.
Las baterías de los dispositivos Apple (iPhones y MacBooks) están pensados para que se carguen y se descarguen sin instructivo alguno, sin manual de instrucciones y sin exigencia de cuánta carga o cuándo debería el usuario conectarlo a la corriente para su carga. Se puede dejar cargando el iPhone durante la noche sin problemas y si el usuario es un «heavy duty» pues no tendrá más opción que volver a recargar durante el día, pues todo depende del uso y abuso del iPhone.
Lo que es algo concreto e irrefutable es que las baterías se van deteriorando con el tiempo y con el uso y están hechas así por su propia tecnología y ello fue motivo en su momento para que Apple redujera la potencia de sus dispositivos más antiguos en su momento, lo que generó una polémica de aquéllas que solo se calmó cuando la compañía pidió disculpas y creó un programa de recambio de baterías a menor precio
Todo consejo que se puede escuchar o leer, al final del día se concluye que un iPhone necesitará cargarse antes con el paso de los años, pues es un proceso de envejecimiento natural de la batería (la cual con los años la puedes cambiar pagando por ella, claro está).
De los consejos a rescatar, pues jamás conectes el cable a la corriente con las manos mojadas y si el cable tiene alguna partidura, pues no lo uses y cambialo.