Donald Trump, ha firmado la denominada ley de Defensa que autoriza el gasto militar, el cual incluye la prohibición del uso de la tecnología de compañías chinas como Huawei o ZTE por parte del Gobierno o de sus contratistas en ciertos servicios o equipos de telecomunicaciones y videovigilancia tanto para su uso como su adquisición, fabricados por Huawei Technologies Company o ZTE Corporation, ya sea de sus compañías subsidiarias o filiales.
Estas prohibiciones se justifican en la seguridad pública, de las instalaciones gubernamentales, la vigilancia física de infraestructuras físicas y otros propósitos de seguridad nacional. Afectan a su uso o adquisición por parte del Gobierno, de la Comisión Federal de Comunicaciones o los contratistas.
La medida también afecta a empresas chinas como Hytera Communications, Hangzhou Hikvision Digital Technology o Dahua Technology.
La firma Huawei, quizás la más afectada no solo con esta medida sino que además con la anulación a última hora de poder vender sus teléfonos a través de los mayores operadores de EE.UU, ha señalado que consideran que la prohibición es una adición aleatoria al proyecto de ley de defensa que fue ineficaz, equivocada e inconstitucional, señalando que la medida aumentará los costos para los consumidores y empresas.
También es importante consignar que Richard Yu, CEO de Huawei ha dejado más que claro que para su compañía ha demostrado no depender de EE.UU para lograr alcanzar los primeros lugares de ventas con sus últimos dispositivos, demostrando fuerte crecimiento en Europa, como son los casos de Alemania e Inglaterra.
ZTE por su parte no se ha pronunciado sobre el particular y su situación es en general frágil pues para poder vender solo teléfonos en EE.UU ha debido ceder a condiciones impuestas por el Departamento de Estado que incluso involucraban a cambios de ejecutivos y cuotas de venta.