A consecuencia de las prohibiciones, multas y disputas judiciales sostenidas contra el Gobierno de EE.UU durante gran parte del 2018, y sumado a un complicado panorama de ventas de equipos en otros mercados, el fabricante chino ZTE ha reportado pérdidas históricas por sobre los US$1.000 millones en su último reporte financiero.
Si bien la administración de Donald Trump le levantó el veto en ese país, ZTE aún no cuenta con la venia en países como Australia, Nueva Zelanda y Japón, entre otros, quedando fuera de procesos de licitación de equipamiento de redes de telecomunicaciones, particularmente la futura 5G, al igual como acontece con su coterránea Huawei.
A pesar de todos los obstáculos, ZTE logró obtener una ganancia de US$41 millones en el último trimestre del año pasado, y pese a todas las vicisitudes, la firma espera seguir adelante en el área de equipos de telecomunicaciones, con sus desarrollos de 5G y ciberseguridad lo que le permitirá revertir sus magros resultados.
En el negocio de móviles, salvo una presentación de prototipo de teléfono plegable Axon M que aún no se desarrolla comercialmente, la firma no reporta modelos de teléfonos recientes, siendo el último presentado en enero de 2018 bajo el nombre de Blade V9.