La escasez de chips unida a los conflictos con China y la dependencia de producción en plantas repartidas por todo su territorio donde empresas estadounidenses han invertido miles de millones de dólares ha socavado la industria y un plan de inversión de la administración Biden ha dado prioridad para revertir el escenario, que a todas luces, no es nada simple.
Desde hace meses que se viene exponiendo la necesidad de invertir en EE.UU en plantas de chips, y en esa línea la secretaria del Departamento de Comercio, Gina Raimondo, intensificó la presión sobre el Congreso para que apruebe US$ 52 mil millones en fondos para que los fabricantes de chips amplíen sus operaciones, advirtiendo que las empresas abandonarían los planes de expansión estadounidenses sin la legislación.
«Recuerde mis palabras… si para el Día del Trabajo (4 de septiembre en EE.UU) el Congreso no aprueba esta Ley de Chips, estas empresas no esperarán y se expandirán en otros países…“Las consecuencias para nuestra seguridad nacional son graves. Si no aprobamos esto, y si no vas a poder obtener todo lo que quieres en esto, es hora de seguir adelante porque no podemos esperar»
Gina Raimondo Secretaria del Departamento de Comercio en declaraciones realizadas en CNBC
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Hasta ahora, ambas cámaras del Congreso han aprobado versiones de legislación para hacer que Estados Unidos sea más competitivo con China que incluyen la financiación de chips, pero los legisladores no han logrado llegar a un consenso sobre una versión final del extenso paquete, a pesar de la crisis mundial de chips.
La advertencia de Raimondo se produjo después de que GlobalWafers de Taiwán anunciara planes el lunes para construir un plan de US5 mil millones en Sherman, Texas, para producir las denominadas «obleas de silicio» que son la base necesarias para la fabricación de chips.
Con información de CNBC y Reuters
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