El cuarto jueves de abril se conmemora mundialmente el Día de las Niñas en las Tecnología de la Información y Comunicación (TICs), una efeméride bastante reciente, pero que se hace cada vez más urgente y necesaria.
Si bien algunos de los líderes más poderosos de la industria de la tecnología en la actualidad son mujeres – pienso en Sheryl Sandberg, Susan Wojciki y Meg Whitman- según datos de Unesco, sólo el 30% de los profesionales que hoy trabajan en tecnología en el mundo son mujeres. En el caso de Chile, esto se reduce dramáticamente a 5%, según datos de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información.
Todo parte desde la infancia. La realidad es que las niñas a menudo se desaniman para ingresar al sector, debido a la falta de oportunidades y al predominio de una cultura dominada por los hombres. La cultura popular, a través del cine y la televisión, refuerzan esto al jugar con los estereotipos tecnológicos, presentando al sector como un “club de toby” del siglo XXI. Esta percepción negativa debe cambiar y todo comienza en la sala de clases.
Necesitamos involucrarnos con las niñas a una edad temprana antes de que lleguen a conclusiones negativas sobre la industria de la tecnología, y esta tarea no se puede dejar solo en manos de las escuelas. Las empresas, las organizaciones benéficas y el Estado tienen un papel que desempeñar para romper los clichés de género e inspirar a la próxima generación a seguir carreras que a menudo están subrepresentadas.
Sin embargo, gracias a movimientos globales como #MeToo, ha habido un crecimiento en iniciativas que presentan a las niñas modelos a seguir femeninos y mentoras visibles dentro de la industria de la tecnología. Exponer a las niñas a mujeres inspiradoras que han tenido éxito en su campo es un buen punto de partida para generar entusiasmo en torno a las materias escolares relacionadas con TICs y la confianza y el deseo de explorar lo digital y la tecnología como una ruta profesional viable. Se trata de darles las opciones para que sean libres de tomar sus propias decisiones.
Pienso en Youngmi Shin, la joven que lideró la estrategia de diseño del Galaxy S10 para Samsung; en Komal Dadlani, bioquímica chilena y fundadora de Lab4U, start up que democratiza el aprendizaje de la ciencia; o en Barbarita Lara, la primera representante chilena en la lista de los más grandes innovadores menores de 35 años del MIT. ¿Qué las habrá inspirado a ellas, habiendo crecido en un mundo donde las chicas no tenían presencia en la industria, donde no existían grandes referentes?
Es el momento entonces de un cambio cultural integral en esta materia, que aborde múltiples dimensiones, con el objeto de que las niñas vivan en un mundo donde sea perfectamente posible soñar con -por ejemplo- crear el próximo dispositivo tecnológico que maraville al planeta entero.
Por lo pronto, desde Samsung Electronics Chile seguiremos realizando distintos programas educativos – como Solve for Tomorrow, Programa tus Ideas, Stem en tu Casa y Samsung Innovation Campus- con el fin de acercar la tecnología a cientos de estudiantes y sobre todo a jóvenes y niñas, para que se conviertan ellas mismas en creadoras de tecnología y así puedan tener más (y distintas) oportunidades de desarrollo en el futuro.
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